Según la generación de la posguerra (Baby Boomers) continúan cruzando el umbral del retiro, se proyecta que la población de estadounidenses adultos mayores se duplicará para el 2030 a 74 millones, representando casi el 21 por ciento de la población total de Estados Unidos, de acuerdo con el Negociado del Censo. Según esta población continúa envejeciendo y aumentando, así también los años que uno pasa en retiro.
“Usted puede crear un plan de 20, 30 o hasta 45 años”, dice Miriam Moussatche-Wechsler, psicoterapista certificada que enseña cursos en Osher Lifelong Learning Institute en la Universidad de Miami de bienestar, envejecimiento positivo y psicología positiva. “Las personas deben pensar en el retiro como una nueva vida con nuevo potencial. Haga el trabajo. Descubra quién es usted hoy. Es como haber renacido. Usted puede comenzar una nueva vida sin obligaciones o responsabilidades con lo que otros quieren que usted haga. Pueden suceder muchas cosas buenas en esta etapa de la vida”.
La transición a esta etapa puede presentar también desafíos particulares por primera vez a algunas personas, ya sean financieros, emocionales, sociales o relacionados con la salud. “El retiro es un momento especial”, recuerda Ed Rosasco, de 79 años, retirado y anteriormente CEO de Mercy Hospital. “Todas las familias tienen una historia sobre lo que hizo mamá, papá, abuela y abuelo. Usted no da vuelta a una llave y camina a una nueva vida. Requiere ajuste constante y usted no tiene el control sobre todo el entorno”.
Max Rothman, abogado jubilado de 77 años de edad, quien se embarcó en una carrera en su retiro como presidente de Alliance for Aging, agencia de Miami-Dade: “Todo el mundo lo hace un poco diferente. Las personas tienen diferentes intereses, necesidades y deseos de lo que quieren hacer”.
Algunas de las muchas opciones incluyen realizar proyectos que le apasionan, hacer labor voluntaria, mentoría, enseñar, consultoría, activismo y educación permanente.